Para los taoístas chinos una crisis en la vida era llamada
Wei-Chi. Ateniéndonos a su etimología, Wei significa peligro y Chi
oportunidad. Wei Chi significa pues oportunidad en el peligro, siendo
pues una oportunidad de crecer o un peligro de estancarse y sufrir. De la
misma forma podemos afrontar nuestros conflictos con las personas o con
la vida, como una oportunidad de superarnos o un peligro de estancarse y
sufrir.
Lo que está claro es que para todos aquellos que buscan el sentido
espiritual de la vida y quieren superarse realmente, todo lo que nos
sucede en la vida es UNA OPORTUNIDAD DE APRENDER. Cuando hacemos algo
bien y gozamos de la vida “aprendemos” que podemos y merecemos ser
felices y también a confiar en nosotros mismos.
Cuando no hacemos algo bien y tenemos problemas “aprendemos” que hay algo
que tenemos que cambiar para salir de la crisis; así cuando nos duele una
parte de nuestro cuerpo “aprendemos” a hacerle más caso y mejorar nuestra
salud.
Por lo tanto, ante cualquier conflicto con tu pareja o con cualquier
persona plantéatelo de la siguiente manera:
1.- ¿Qué me pide aprender el conflicto al que me enfrento?
Seguramente que la otra persona tenga también algo que aprender, pero a
ti lo que más te interesa es lo que tienes que aprender tú.
2. - No busques víctimas ni culpables en ningún conflicto. No
hagas juicios porque siempre serán parciales, busca solamente aquello que
tienes que aprender o mejorar en ti.
3. - Si aceptas que la relación conflictiva que tienes con tu
pareja o con la otra persona es para aprender, observa detenidamente que
tipo de conducta se da entre vosotros. Es decir ¿Uno es el sufridor y el
otro el agresor? ¿Los dos peleáis por el poder? ¿Tú te sientes ofendido?
Procura verte a ti y a la otra persona desde arriba, como si estuvierais
los dos en un escenario de teatro y veros desde las gradas como un simple
e imparcial espectador. Así podrás descubrir qué relación habéis creado
entre vosotros y cuál es el papel o guion que cada uno estáis
interpretando. Así te comprenderás mejor y también podrás entender más a
la otra persona, dando una oportunidad al verdadero entendimiento entre
vosotros.
La rigidez y la intolerancia son hijas naturales del miedo y la memoria
del pasado. Analizar la vida desde el miedo es renunciar no solamente a
la luz de la mente sabia sino también a la gracia del corazón porque el
miedo mata la mente y bloquea el amor que vive en nuestro corazón.
Cuando tenemos miedo de un conflicto no es el conflicto en sí quien nos
turba sino nuestro miedo a sufrir. Este miedo nos hace incapaces de amar
y comprender a las personas por creer que nuestro amor nos hará más
vulnerables y sufriremos todavía más.
De lo que no nos damos cuenta es que todo esto nos hace ya en realidad
sufrir y somos las primeras víctimas del conflicto. Si nos damos cuenta,
si aceptamos y comprendemos que hay una posibilidad de liberarnos del
conflicto, nuestra visión de las cosas cambiará y afrontaremos el
conflicto no desde el miedo sino desde las ganas de aprender.
E. Bado
|
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada