2 d’oct. 2015

Unes paraules…

El Destino, preguntas y reflexiones






Muchas veces se ha presentado el destino  como algo inexorable ante el cual nada podemos hacer, así lo hemos leído en cuentos y leyendas, incluso los oráculos, las profecías de los griegos son quizás los más conocidos en este sentido  fatídico.

Para poder entenderlo, lo mejor que podemos hacer es fijarnos en la realidad de nuestras vidas, mirarnos a nosotros y a través de la observación será más fácil entender que significa y qué es el destino.

Una definición de destino que podemos encontrar en la wikipedia:

El destino, también llamado fátum, hado o sino es el poder sobrenatural inevitable e ineludible que, guía la vida humana y la de cualquier ser a un fin no escogido, de forma necesaria y fatal, en forma opuesta a la del libre albedrío o libertad.

Los griegos llamaban al destino «ανανκη » (Ananké)

Vamos a matizar esta definición y a verla desde otra perspectiva.

-¿Existe el destino o lo creamos nosotros?

Si observamos nuestras vidas, podemos verificar que existe un destino que nosotros de entrada no creamos, ni decidimos y otro destino que sí vamos construyendo y creando en función de nuestras acciones.  Así por ejemplo, yo no decido en que ciudad voy a nacer, yo no decido si mi sexo va a ser masculino o femenino. Cuando  empiezo a tomar conciencia de mi mismo es cuando me encuentro con unas determinadas realidades o entornos a mi alrededor que yo no he creado,  ni he decidido sobre esas realidades que me afectan. Mi cuerpo, mi genética, el color de mis ojos, mis hermanos, etc… En cambio a medida que voy viviendo mi vida sí que es verdad que voy tomando en todo momento decisiones, o no las tomo, y otros las toman por mi;  todas esas decisiones van creando también una determinada realidad o entorno en el que voy a vivir. En este caso estoy yo también creando mi destino. Por tanto podemos verificar en nuestras vidas un destino que ya viene predeterminado y otro que uno mismo va creando. 

-¿Comprendemos bien las leyes de la vida?

Creo que tenemos muy poco conocimiento del orden y de las leyes de la vida, en cambio ya son muchos los científicos que las intuyen: Wilzeck, premio nobel de física en el 2004, Max Plank, cuando nos habla de la matrix en sus obras. Se refiere a un orden a una inteligencia. Y todo orden y inteligencia tiene unas leyes, se mueve y manifiesta debido a unas causas, no a un azar.

Recordemos aquella frase del matemático Henri Poncaré:  “ el azar es la medida de nuestra ignorancia”. 

 En realidad no conocemos muchas de las leyes que rigen la naturaleza , el universo, el cuerpo físico, etc..

Einstein decía:”…ante la magnificencia de la vida y el universo uno ha de hacerse una pregunta;  en función de la respuesta que cada uno le de a esa pregunta,  la  vida  que viva pueden funcionar o manifestarse de una forma u otra”.
La pregunta es: ¿Vivimos en un universo amigable o  bien en un universo hostil?
Cuando una persona no vive su vida como amigable, la razón es clara,  le falta comprensión del orden y de las leyes. Al faltar esa comprensión ,  las personas nos equivocamos en nuestras decisiones y comportamientos,  entrando como consecuencia en conflictos y a veces incluso en dramas de vida.

-¿es el destino un plan trazado para que aprendamos?

Sin duda, la vida es  una escuela. Esta idea creo que muchos de nosotros la tenemos ya clara, y la vivimos en nuestras vidas, por tanto en toda escuela existe un plan pedagógico. Es decir un programa formativo al que le podemos llamar destino. Cada uno tiene su plan pedagógico adecuado a su nivel de conciencia. El plan va cambiando en función de si somos alumnos buenos y aplicados o no, si somos remolones y tozudos, el destino muchas veces  se complica…. Lo podemos observar en nuestras vidas y en las de los otros.

 -Hay veces que nos quejamos porque creemos que nos falta lo necesario para llevar una vida satisfactoria, ¿es esto así?

Sin duda, muchas veces nos quejamos, siendo esta actitud poco inteligente. Lo más inteligente es aceptar lo que el destino o la vida nos presenta, aprender de ello. Ahora bien, una vez hecho esto también podemos preguntarnos, anhelando de todo corazón,  disponer de una mayor sabiduría para poder hacernos correspondientes con un destino mejor del que tenemos. Pero nada en la vida es gratis, hay que trabajarlo, hay que formarse y educarse y aprender.


- Si suponemos que hemos venido a esta vida a cumplir un determinado papel, una determinada misión, ¿acabaremos cumpliéndolo sea como sea?


Misión y función son dos cosas totalmente distintas.
La función tiene que ver más con mi destino, es lo que me cuesta, lo que supone para mí un reto, y muchas veces es la forma en cómo yo me gano la vida, mi trabajo.

La misión es lo que yo ya sé hacer, lo que para mí es fácil y gratificante, y eso puede ser que a la larga se convierta en mi función, pero otras veces no será así, por mucho que yo quiera, si no es fácil para mi poder vivir y ganar dinero con mi misión, lo mejor es que me dedique a mi función.

-¿Cómo podemos cambiar nuestro destino?

El destino siempre podemos mejorarlo desarrollando nuestra conciencia, nuestra sabiduría. Si nos cuesta comprender el orden de la vida, sus leyes y nos movemos por la vida en función de nuestro ego y nuestras pasiones, nuestros apegos y nuestros miedos, difícilmente mejoraremos nuestro destino, al contrario es muy probable que empeore.

Assumpció   Salat

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